miércoles, 3 de octubre de 2007

Normalidad

La ciudad ha vuelto a su normalidad apacible, a su rutina imperturbable. El Metro vuelve a pararse en medio de los túneles, los autobuses llegan con retraso, los pitidos de los coches son constantes y las sirenas de entrada de los operarios a las obras públicas vuelven a sonar a las ocho en punto de la mañana. Ya se ha perdido el ambiente y el aroma de vuelta de vacaciones y de regreso a la vida cotidiana que impregnó Barcelona durante las primeras semanas de septiembre. Como en año nuevo, la gente reemprende la vuelta con nuevos y mejores propósitos. Durante septiembre, los quioscos se han atiborrado de fascículos coleccionables. Ahora, a primerías de octubre, los quioscos están un poco más sosegados, ha pasado la novedad, la gente que comenzó la colección de sillas en miniatura de la época victoriana ya no tiene espacio en su casa para las miniaturas después de cuatro entregas o han pensado que gastarse 12 euros cada semana para tener sillas de 10 centímetros de altura no tiene sentido. Todo vuelve a la normalidad, como digo. Una de las cosas que me extrañó más en septiembre fue ver tanta gente por Barcelona con instrumentos musicales a su espalda. Claro, uno de los propósitos más solicitados, además del de dejar de fumar y el de aprender un idioma, es el de aprender a tocar un instrumento. Desde hace un par de semanas, ha vuelto la normalidad y cada vez veo menos instrumentos por la calle. Curiosamente, ayer me encontré con mi vecino que, desde el 1 de septiembre, sale de casa con una guitarra a cuestas. Ayer también la llevaba. "¿Qué? ¿Cómo van las clases?", le dije para ser simpático. "Estúpendo, ya sé los acordes básicos", me respondió con una sonrisa en la boca. Bien, toda regla de normalidad necesita su excepción.

5 comentarios:

SBP dijo...

la trista paradoxa és que realment res no torna a la normalitat, només així ens ho agrada creure, per no patir: Birmania, l'Àrtic, la conglomeració de poders a l'Àsia...
He pensat en aquelles últimes paraules de l'Andrea Correia abans de morir sota el tanc: "tinc moltes ganes de ser feliç, enamorar-me, fer música, ballar... Però no ho puc fer, mentre aquest conflicte no se sol·lucioni"
Perdona, deu ser el dia fantàsticament gris... Una abraçada.

escoltainvisible dijo...

Jo, de tota manera, vull destacar una notícia de la que crec que no se'n va fer prou ressó: La distensió entre les dues Corees. Potser estem tan acostumats a que totes les notícies que veiem a la tele i als diaris siguin dolentes que de vegades no ens volem creure que també n'hi han de bones.
Un país amb l'arma nuclear ha rebaixat la tensió. Això és una bona notícia. El temps posa les coses al seu lloc. La distensió i la pau és la única via. Potser no tots ho veuran, però la història porta irremeiablement a la desfeta dels totalitarismes. Els que gobernen a Birmània cauran. L'Iran acabarà rebaixant la tensió i algun dirignet seu s'abraçarà estretament amb responsables dels països poderosos del món, a Bush li fotran la patada ben aviat...
Encara ens esperen bones notícies en el futur.

És que, quan escric això, hi ha un solet ben xulo!

Jordi dijo...

Fins i tot el Barça torna a guanyar de tant en tant, encara que sé que això et repantinfla bastant. Què agradable que es la normalitat, en qualsevol cas.

Raquel dijo...

Pues sí, ya está todo en su sitio de nuevo.
En cuanto apriete un poco el frío y podamos ponernos un abriguito podremos dar por concluída la transición.

Alfonso dijo...

Sí, todo sigue su normalidad, porque el atleti vuelve a perder.

Bueno, por lo menos nos veremos pronto por allí, que ganas...:)

Se me mantenga igual de normal que siempre!

Una abraçada ;)