miércoles, 1 de agosto de 2007

Vacaciones (II)

Toc, toc.

- ¿Quién es?

- Soy yo, tus vacaciones. Abre la puerta.

- Hombre, ¿qué pasa? Te he estado esperando tanto tiempo que ya no recordaba que habíamos quedado. Parecía que no ibas a venir nunca. ¿Qué ha pasado?

- Nada, lo de siempre. El trabajo que nunca se acaba, y después me he encontrado con una retención en el centro que no me ha permitido llegar antes. Lo siento.

- Bueno, tranquilo, al menos ya has llegado, y eso es lo importante.

- Y, bien, ¿qué habías pensado hacer? ¿Has preparado algo?

- Pues la verdad es que no. Podríamos comenzar con sentarnos un rato en el sofá a dejar pasar las horas ante la tele. En agosto, la programación es fantástica, repiten todas las series que ya hemos visto centenares de veces... Y con anuncios de matamosquitos, de viajes a mitad de precio...

- Y, ¿después?

- Después, ya veremos.

Unos diez minutos después.

- Realmente, ¿no te cansas nunca de estar sentado en el sofá, tocándote los ... y viendo la ...?

- No, ¿y tú?

- Bueno, es que estaba pensando en dar una vuelta, hacer un viajecito...

- Pero, si ahora comienza la reposición de aquella peli basada en hechos reales tan guay que han repetido en Antena 3 unas 147 veces.

- Ya, pero es que yo tengo mucho trabajo, con tanto ocioso en agosto, y, claro, debería ir pasando...

- Venga, quédate un poco más, sólo un poquito más.

Unos 31 minutos después.

- Bueno, ahora sí que sí, debo marcharme.

- Pero, ¿por qué? Si aún quedan muchas cosas por hacer. ¿Por qué no vamos a la playa, o al campo?

- No creo que puedas. No te has dado cuenta, pero mi tiempo aquí se ha acabado. Mañana debes volver al trabajo, y yo debo irme sin falta al otro hemisferio.

- ¿Mañana? ¿Trabajo? Pero si me quedan un montón de cosas por hacer... No habría otra forma. ¿Una excedencia?

- A ver. Tengo un primo, tiene mucho trabajo, pero quizás podría hacer un hueco en su agenda. Ten su número de teléfono, se llama Paro. Dile que vas de mi parte.

- Bueno, no lo tengo muy claro. Ya me lo pensaré. Igualmente, tú y yo nos vemos pronto, ¿no?

- No lo sé. Quizás, de aquí un año, ya veremos, hasta pronto!

- Adiós.

2 comentarios:

SBP dijo...

ja ja ja, ¡qué bo!

Raquel dijo...

Qué estrés me acaba de entrar... como mis vacaciones vengan a visitarme y no me pillen con la maleta hecha me tiraré de los pelos hasta quedarme calva.

Y del primo Paro no quiero ni oír hablar, como mucho que venga a visitarme la tía Prejubilación. Eso sí, acompañada de su madiro El Euromillón.